Todos al final tenemos nuestro
momento de lucidez
Decimos cosas que debimos decir
antes
Decimos un “¿Te acuerdas de…?” y
preguntamos por un lugar, un momento, una palabra, una mirada.
“¿Cómo esta…?” y nos acordamos de un amigo, la
familia, los hijos, la mascota, amantes y compañeros.
Sacamos un sentido “A Dios”
porque entendemos que la palabra, esa palabra, no es una despedida sino un
destino.
Aflora un “Te amo” que desesperadamente sobresale cuando entendemos,
por fin, que sufrimos de la razón.
“Gracias” igual, ¿De qué la vida sino fue para
estar con quienes estuvimos?
O un “Perdóname” que se escucha
entre los silencios de pasillos y mantas resignadas.
Todos al final tenemos nuestro
momento de lucidez
Y bailamos e inspiramos como
nunca antes
A tientas nos vemos para parecer imperceptibles
Nos observan y comprendemos que
imperceptibles nunca fuimos.
Nadie nos prepara pero lo sabemos
y nos vamos
Nos reconocemos con nuestra mejor
cara y bailamos en una pista de solo dos.
La gente expectante llora, sufre,
se enternece y algunos -los que menos entendemos- maldicen, también surgen ataduras
y promesas.
Al final todos esperan
Mientras, simplemente,
Bailamos y nos vamos.
Enero 8 de 2013.
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